¡Hola!
Esta es, posiblemente, la edición en la que más he escrito. Si no tienen mucho tiempo para dedicarle, les recomiendo que la guarden hasta que estén más desocupadxs o que se concentren en las secciones que más les llamen la atención.
Como muchas otras cosas a este punto del año, Madrugada Caótica también se va de vacaciones hasta el próximo año, así que quise hacerles una edición bastante cargada para que tengan con qué entretenerse en estos últimos días de 2020.
Empecemos.
Lecturas
Hace un tiempo atrás le mencionaba a una amiga que siento que he crecido conforme las relaciones que he tenido; cada una de ellas, a su manera, me ha enseñado más sobre mí y las mil cosas que tengo que desaprender, reforzar o no dejar que vuelvan a ocurrir nunca más. Por eso este artículo sobre repensar el amor me gustó un montón, a pesar de que no estoy ni por cerca de considerar el poliamor como una opción viable para mí. Aquí les dejo un pedacito que me gustó:
Amar puede ser un factor de transformación social si lo vivimos desde una idea radical: cuidarnos mutuamente.
[INGLÉS] Vogue sacó recientemente un recuento de la respuesta de la moda a la epidemia del SIDA. Tiene de largo lo que tiene de bueno, lo cual es muchísimo, así que intenten ir por partes para poder sacarle provecho a ese gran reportaje.
[INGLÉS] Este fin de semana pasado, un sector de Twitter que sigo se volvió loco por este artículo sobre la periodista que se enamoró de Martin Shkreli, cuyo final es devastador. Si no tienen ni idea de quién es Martin, se los resumo: un idiota. Su salto a la fama fue aumentarle el precio exageradamente a un medicamento esencial, haber comprado un álbum de Wu-Tang y, ahora, haber enamorado a esta mujer al punto que dejó a su esposo por esperar que cumpla su condena, ya que lleva un par de años tras las rejas por fraude.
Las mujeres y las decisiones que toman respecto a su cabello suelen ser algo que me llama mucho la atención, ya que me consta de primera mano lo personal que puede llegar a ser esta relación y cómo un montón de factores pueden influenciar. Esta historia sobre las trenzas y las mujeres mixes me dio una nueva perspectiva sobre el tema.
Momento de autopromoción y frustración
Hace un par de meses atrás escribí algo sobre defender el medio ambiente en Honduras y lo envié para que fuese considerado por el equipo editorial de la columna que tiene mi carrera en un periódico local. Después de no haber recibido avance o respuesta alguna sobre el tema, mientras seguían publicando otros artículos que eran más recientes que el mío, supuse que habían decidido no publicarlo y seguí con mi vida.
Siendo esa la situación, se podrán haber imaginado mi sorpresa cuando me avisaron de la nada que fue publicado tanto en la versión impresa como la digital el viernes pasado. Si les soy honesta, sigo molesta porque nunca me dijeron absolutamente NADA sobre el asunto, más aún cuando hay ciertas cosas en ese escrito que me hubiera encantado haber actualizado antes de ser sido publicado DOS meses después y considerando que varias cosas han estado ocurriendo en torno al caso Guapinol desde entonces.
¿Esto me pasa por haber querido tenerle fe a la academia? Esto me pasa por haber querido tenerle fe a la academia.
Arte
Alejandro lleva 343 días (sin contar hoy) subiendo arte a su página de Instagram. Según cuenta su biografía, su meta actual es llegar a 500 días.
Decidí terminar el año enseñándoles su página no solo porque nunca deja de sorprenderme cuánto experimenta con distintos estilos y temas, sino porque también lo conozco personalmente y todavía recuerdo con mucho cariño cuando nos enseñaba a otra persona y a mí las ilustraciones que hacía en su teléfono hace dos años.
Muchas cosas han pasado desde entonces, pero hay algo que sigue siendo tan evidente para mí como lo fue en 2018: esto le apasiona. Y no hay nada más bonito que ver a las personas ir detrás de las cosas que tanto les gustan.
Películas + miniseries
A este punto de la vida me considero una catadora de películas malas. A pesar de que hay muchísimas películas que valen la pena y podrían cambiarme la vida si les diera una oportunidad, suelo inclinarme por las peores películas que Hollywood tiene por ofrecer.
En este caso, y aprovechando la época (aunque había dicho que no habría mucho contenido navideño por aquí), les comparto las últimas que he visto. Habrá muchos spoilers, pero dudo que les importe o les arruine la experiencia.
Holidate - Amor de calendario
Sin rodeos: Holidate es malísima. Emma Roberts y el intento de hermano Hemsworth tienen momentos donde se puede llegar a creer que realmente hay química entre ellos, pero no es suficiente como para hacerme olvidar todos los pecados de la historia y la cinematografía mediocre.
A la vez, es el tipo de comedia romántica que me desespera porque asume que al hacer que los personajes se burlen de los clichés del género mediante el guion (y en más de una ocasión) puede ser absuelta de ser criticada por cometerlos y no traer nada nuevo a la mesa o la discusión.
Si quieren ver OTRA película donde los malentendidos podrían haberse resuelto si los personajes principales se tomaran el tiempo de aprender a comunicarse por al menos cinco minutos, esta es su película. De lo contrario, mejor no pierdan su tiempo.
Dash & Lily
Dash & Lily es una miniserie que vi en maratón hasta terminarla el mismo día. Está basada en un libro de David Levithan y Rachel Cohn, quienes también escribieron otros dos libros que han recibido adaptaciones cinematográficas: Nick & Norah’s Infinite Playlist y Naomi and Ely's No Kiss List.
¿Es esta la mejor miniserie que salió en el año? No, obvio no. Pero si buscan contenido navideño con el cual distraerse, sí se las recomiendo un montón. La historia de Dash (un adolescente que odia la época navideña) y Lily (una optimista que adora Navidad), quienes llegan a conocerse mediante una serie de retos y la franqueza con la que se expresan en un pequeño cuaderno que van intercambiando durante días, es entretenida.
The Holiday Calendar - El calendario de Navidad
¡La única película decente! Aunque ojo, eso no significa que deja de ser tan mala como las demás.
Una fotógrafa hereda un calendario de Adviento que parece predecir su futuro. Partiendo de eso, muchas cosas ocurren en la vida de la protagonista y su vida da un giro que nunca se lo hubiera imaginado. Al final se queda con la opción más obvia, pero ver cómo llega a esa decisión no deja de ser entretenido.
Es una lástima que la actriz que protagoniza esta película, quien al parecer está en muchas otras películas malas navideñas de Netflix y es muy carismática, también participó en otra recientemente que, según me informé, es pura propaganda promilitares estadounidenses y está repleta del complejo de salvador blanco. Hay crímenes que no se pueden perdonar y esa película es uno de ellos.
Midnight at the Magnolia
A mí nadie me puede convencer de que quien sea que escribió esta película no consumió muchísimos fanfics mientras crecía. La fórmula que emplea Midnight me es tan conocida de todas las historias que leí mientras crecía: mejores amigxs a pareja; mundo alterno en el que los personajes principales tienen un programa de radio; siempre se buscan el uno al otro en las parejas que han tenido; y, por supuesto, conflicto innecesario cuando aparece una tercera persona en discordia.
Sin embargo, y a pesar de tener tantos elementos que me hubieran gustado, no quedé convencida con esta película por lo forzada que se sintió. Aunque Maggie vende desde el primer momento el hecho que está enamorada de Jack, no me lo pude creer en lo absoluto por parte de él. Es más, llegué a sentirme mal por lo mucho que los demás personajes intentan presionarlo a aceptar estar en una relación con Maggie, solo por el simple hecho que ella siempre lo ha querido y que sus familias se llevan muy bien.
Fue raro y poco convencional ver ese tipo de presión social siendo ejercida en un personaje masculino, pero no consideraría que verlo en esta historia fue un gran logro para el feminismo o algo que logra darle la vuelta a eso. En lugar de ello, solo potenció mi incomodidad.
Poesía
“Bordadoras” de Ruperta Bautista Vázquez:
(Si van al enlace, pueden leer tres poemas más de ella).
Rectificaciones
Todxs cometemos errores y yo no soy la excepción. Aquí les van dos errores que he cometido durante el boletín que me gustaría enmendar.
¿Se acuerdan cuando les conté sobre el filósofo danés? Pues resulta que me equivoqué porque @rousshoe no estudia Filosofía, sino Ciencia Política. Para que vean que la carrera que hayan elegido no les impide de hacer un shitposting exquisito del tema que más prefieran.
Cuando les hablé sobre lo que está ocurriendo en Perú, me dejé llevar por el título de la Generación del Bicentenario. Desde entonces, he descubierto que la juventud rechaza esa etiqueta y con toda razón.
Ramé
Cuando era adolescente, me gustaba un montón aprenderme palabras intraducibles porque se sentía un poquito como abrir ventanas a otras vidas o mundos que quizá nunca iban a ser míos, pero que me podían acompañar de lejitos o hacerme entender o nombrar algo por lo que había atravesado.
Ese es el caso de “ramé”, una palabra que quizá no aprendí en aquel entonces, pero describe muy bien lo que espero que este boletín haya sido para ustedes hasta este punto. Y es que si Internet no me miente (que no sería la primera vez…), ramé es una palabra balinesa que significa “algo caótico y hermoso a la vez”.
Atreverme a escribir este boletín fue algo que me tomó mucho tiempo por distintas razones, pero no hay día que no crea que tomé la decisión correcta. Espero que este desastre sea ramé para ustedes también. O si no lo es, que puedan pensar en las cosas que dentro de este larguísimo y difícil año sí lo fueron.
No les voy a decir que tuvimos que atravesar este año de mierda para aprender más sobre nosotrxs mismxs y así salir victoriosxs, porque realmente no creo que haya sido necesario que tanta gente haya sufrido de la manera descomunal que lo hizo ni que esto es algo digno de romantizar cuando ahora más que nunca ha quedado claro lo desigual que es este mundo.
Sin embargo, sí les puedo decir que yo considero que este año me hizo enfrentarme a muchas cosas que había dejado a un lado por miedo, falta de tiempo o pura ignorancia. Y sí, quizá hubiera preferido seguir como si nada en lugar de haber atravesado por ellas, pero al menos ahora que estoy al tanto de cómo son las cosas, espero nunca volver al lugar en el que alguna vez estuve.
Como mencioné en otra edición, retroceder no es una opción.
¡Eso es todo!
Gracias por seguir aquí después de dieciséis entregas (o las que vayan desde que se suscribieron). Aprecio muchísimo que se tomen un ratito de su día para leer este boletín y darles una oportunidad a las cosas que les muestro. Espero que nos podamos seguir encontrando todos los martes del próximo año.
Les deseo muy felices fiestas o vacaciones/descanso/fin de año, en caso de que no celebren. Y para no perder la costumbre, les recuerdo que pueden responder este correo o enviarme sus comentarios por medio de Twitter.
♡,
Andrea